Lamentablemente hay pocos escritos sobre los peligros de la ayahuasca porque se prefiere defender la ayahuasca, que es tan atacada por el «establishment», valorándola, y dar a conocer riesgos podría aportar argumentos a esas personas que están en contra.

De otra parte las consecuencias espirituales o energéticas no son siempre evidentes a primera vista y tienden entonces a ser negadas.

Por ejemplo cuando la toma de ayahuasca infla el ego, el sujeto puede sentirse «llamado» a volverse curandero (facilitador, chaman, terapeuta…) y visto desde la perspectiva del new-age es algo positivo mientras para nosotros es un engaño del propio sujeto a si mismo o tal vez una forma de infestación espiritual.

La seducción es el primer «truco» del Mal y satisface las expectativas narcisistas disfrazándose en las buenas intenciones del sujeto: quiere ayudar a las personas por ejemplo… pero detrás puede estar una especie de auto-gratificación egotica que no se ve. Eso se conoce en todas las tradiciones espirituales por lo que el joven debe ser acompañado por un director de consciencia, un guía espiritual o un maestro. Con la Ayahuasca no hay sacerdocio ni institución y cada cual puede decidir que «la Ayahuasca me dijo…» tal y cual cosa sin someterlo a criterio de otro.

Es una fuente de gran equivocación y auto-engaño. El tema central en todo ello es el discernimiento de las informaciones que surgen en sesiones con Ayahuasca: vienen del mundo espiritual? De qué lado del mundo espiritual, bueno o malo? O vienen de la mente, de elaboraciones mentales a partir de elementos del inconsciente, de compensaciones, de proyecciones, etc.?

En el new-age este sistema auto-referencial que niega el aspecto negativo de ciertas dimensiones espirituales (no existe nada malo), que no reconoce la potencia del sub-consciente, que cree que las buenas intenciones y la buena voluntad son suficientes, es potencialmente muy tóxico y peligroso.

Poder tomar ayahuasca sin autoridad encima, sin exigencias de control y seguimiento, elaborando los rituales según la estética o la sensibilidad de cada uno, responde a un afán de «libertad» que en realidad es una forma de capricho infantil, una forma de reacción al supuesto patriarcado de la sociedad occidental (que creo en realidad es un matriarcado disfrazado).

Dicho en otras palabras es una reacción a una autoridad masculina mal entendida, vista como autoritaria, dura, sin afecto, exigente, nunca satisfecha y no es de extrañar en una sociedad que carece de verdaderos padres benevolentes, firmes pero generosos y protectores, bondadosos, pacientes, capaces de entender y perdonar.

Así que pasa desde mi punto de vista por una redefinición, de qué es la libertad, la paternidad (espiritual), y determinar criterios de discernimiento a propósito del material surgido en sesiones de ayahuasca y en lo que la experiencia de las tradiciones espirituales podría ser de gran ayuda.


Texto del Dr. Jacques Mabit, médico y presidente fundador del Centro Takiwasi en Perú, publicado originalmente en el blog Chamanismo Para Todos, septiembre 2014. Imagen: obra de Luis Tamani Amasifuen.

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