Síntesis histórica

Los aguarunas o awajún son un grupo étnico que en el Perú se encuentran ubicados en las regiones San Martín, Amazonas, Cajamarca y Loreto. Territorialmente abarcan hasta el Ecuador donde se los conoce como los shuar. Lingüísticamente provienen de la familia de los jíbaros, que incluye también a los huambisas:

Según M. Brown (1984), la referencia histórica más temprana sobre las sociedades jibaroanas se refiere a los intentos de los incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac de extender su dominio sobre la región de las sociedades jíbaras, de las que los aguarunas forman parte. Los conquistadores españoles tuvieron sus primeros contactos con los jíbaros cuando fundaron Jaén de Bracamoros en 1549, y poco después Santa María de Nieva. Sin embargo, el objetivo de estos colonizadores era la explotación de los depósitos de oro de la región, para lo cual comenzaron a esclavizar a la población indígena. Como resultado se produjo la gran rebelión jíbara en 1599, perdiendo los españoles el control de la región por muchos años.

Hacia 1600 se efectuaron varios intentos por conquistar a los jíbaros. Ante una sucesión de fracasos, en 1704 se prohibió a los jesuitas continuar con su labor misionera entre estas poblaciones. A inicios del siglo XX, las relaciones entre los grupos jíbaro y los colonizado- res blancos y mestizos eran aún de gran hostilidad. A pesar de ello, en 1925 una misión protestante nazarena se estableció entre los aguarunas, y en 1947 se envió a un grupo de lingüistas al territorio aguaruna. En 1949 la Orden Jesuita estableció su misión en Chiriaco. Así, desde mediados del siglo XX, la población aguaruna ha venido recibiendo educación escolarizada.

A fines de la década 1970-1979 tomó impulso la creación de organizaciones regionales aguarunas, como parte del proceso de fortalecimiento de su propia identidad, consolidación de sus espacios territoriales y formulación de programas de desarrollo comunal

Aspectos espirituales

Toda la cosmovisión awajún ha sido transmitida de generación en generación a través de las tradiciones orales, mayormente inspiradas por el uso ritualizado de las llamadas plantas maestras. Dentro de las prácticas médicas espirituales las principales plantas usadas son el tsaag (tabaco), el datem (ayahuasca) y el tsuwak (toé). Además, en su mundo espiritual, el awajún cree en cinco dioses:

- Etsa, o el padre Sol, destructor de un demonio de la génesis del mundo, llamado Ajaim.
- Nugkui, o madre tierra, que le da el cultivo y la arcilla para la cerámica.
- Tsugki, o madre del agua o del río, que vive en los ríos.
- Ajútap, o padre guerrero, un alma de los combatientes antiguos que transmigra continuamente.
- Bikut, o gran filósofo awajún, un legendario ser que se transforma en el toé, planta alucinógena que, mezclada con la ayahuasca, les hace conectarse con otros mundos superiores.

Purgahuasca1

Para el awajún, todos los hombres tienen dos almas: la iwaji, que sube al cielo, y la iwakni, que se queda en la tierra como pequeño demonio. Para ellos, la selva está llena de almas, de hombres transformados en árboles o en animales.

Conflictos psicosociales

El contacto con el mundo occidental fue trascendental principalmente para el respeto de sus tierras, evitando de ese modo una invasión de colonos así como de empresas multi- nacionales para la explotación del petróleo y sus problemas subsecuentes como deforestación, contaminación de los bosques y de los ríos, entre otros. Estas situaciones hicieron que emergieran líderes políticos indígenas y una serie de organizaciones (organizaciones no gubernamentales e Iglesia) para su representación y defensa ante el estado, lo que no siempre se ha logrado de manera exitosa.

La falta de presencia del estado peruano con políticas de desarrollo para los pueblos indígenas, que vele por sus reales intereses, no solo para los awajún sino para muchas comunidades indígenas, ha traído como consecuencia los problemas del mundo occidental. Pobreza extrema, migración, desnutrición, muerte materna e infantil, así como problemas de índoles psicosociales como pandillaje, robo, narcotráfico, falta de identidad cultural, depresión, suicidio en adolescentes, falta de sentido frente a la vida, alcoholismo y drogadicción, entre otros, son consecuencias de la falta de una política clara de apoyo a las comunidades indígenas en la que se respeten también sus costumbres y tradiciones.

La cultura Awajún, es una cultura ancestral que en el pasado supo defenderse férrea- mente de la invasión de los incas, debilitada actualmente en su identidad cultural es amenazada permanentemente, desde el gobierno central, a perder sus tierras. También fueron obligados por iglesias evangélicas a renunciar a sus prácticas médico-religiosas a través de la manipulación y miedo, llegando en el extremo de los casos a hacer prometer, ante Dios, no volver a usar sus medicinas ni practicar sus tradiciones so pretexto de que eran prácticas demoníacas y de brujería. Todo esto trajo como consecuencia a través de los tiempos un estado de vulnerabilidad y desprotección, principalmente en la población juvenil.

Necesidad de retomar la tradición: la purgahuasca

Por milenios las culturas tradicionales han demostrado que siempre han podido enfrentar las dificultades a través del mantenimiento y la práctica de sus tradiciones. Los problemas que en la cultura occidental llamamos psicosociales, en estas culturas no existían y si se presentaban tenían todo un cuerpo de recursos para enfrentarlas. Estas vicisitudes eran asumidas por un consejo de mayores (apus) quienes junto a la comunidad diseñaban un plan de intervención.

Así, para el caso de los jóvenes, cuando llegaban a cierta edad dentro de la pubertad o adolescencia existían los ritos de iniciación. Ceremonias dirigidas por el padre o la madre dependiendo del sexo del adolescente. En otros casos estas ceremonias eran dirigidas por un apu (líder con sabiduría). En estas ceremonias se ingerían ciertas plan- tas con efectos psicoactivos (ayahuasca y/o tabaco), de tal modo que el iniciado podía entrar en contacto con el mundo de los espíritus y obtener de esta dimensión respuestas para sus inquietudes en la vida personal y para su comunidad. Estas ceremonias exigían preparaciones tanto en lo físico como en lo espiritual. Podían durar una noche o días enteros. De tal modo que al terminar el ritual, el joven se convertía en adulto y en la parte final de la ceremonia se le asignaba la mujer que sería su esposa (iniciada también por las mujeres), le entregaban su tierra, donde construiría su casa, para sus sembríos y crianzas de animales para la alimentación.

Este tipo de procedimiento también podía curar enfermedades físicas así como espirituales. Sin embargo, se observa que estos rituales casi ya no se realizan. Las intervenciones de grupos religiosos trajeron no solo acceso a la educación y otros, sino también la pérdida de algunas de sus costumbres, en este caso de la práctica de su medicina. Muchos curanderos fueron obligados a renunciar a su práctica médica con el fin de acceder al bautizo y para no ser tildados de practicar la brujería y ser llamados “brujos”, asociando estas prácticas al daño, la hechicería y muerte. Así, los curanderos fueron dejando poco a poco sus prácticas y lo más dramático es que actualmente ningún joven quiere aprender, ya que estas prácticas tienen una connotación bastante negativa.

La ceremonia del Datem umaja imutai waimaktasa o purgahuasca, en español, es uno de los procedimientos terapéuticos venido de la cultura Awajún y que desde noviembre de 1998 se incluyó como una práctica dentro del protocolo terapéutico del centro.

La experiencia del centro Takiwasi, que utiliza en su procedimiento terapéutico el uso ritualizado y controlado de plantas medicinales con efectos psicoactivos, para la rehabilitación de drogodependientes desde 1992, ha sido requerida para el abordaje terapéutico de personas provenientes de comunidades awajún que presentaban problemas de índole psicosocial. El tratamiento incluyó el uso ritualizado de algunas plantas y rituales que sus antepasados utilizaban. La experiencia con algunos jóvenes y adultos ha sido bastante positiva dentro de la curación y evolución personal, a tal punto que estas personas se han convertido, dentro de sus comunidades, en agentes de revalorización de las prácticas médicas tradicionales.

La ceremonia del Datem umaja imutai waimaktasa o purgahuasca, en español, es uno de los procedimientos terapéuticos venido de la cultura Awajún y que desde noviembre de 1998 se incluyó como una práctica dentro del protocolo terapéutico del centro. La purgahuasca es una decocción ritual del datem (ayahuasca: Banisteripsis caapi), con algunas hojas de yagé (Diplopterys cabrerana). Es una poción bastante diluida con gran efecto vomitivo. También hay efecto visionario o de enseñanza. Se ingiere aproximadamente de 2 a 3 litros, en sesiones nocturnas.

En Takiwasi los pacientes tratados por presentar toxicomanías o drogodependencias, participan en una sesión de purgahuasca cada dos meses, habiendo participado hacia el final del tratamiento en cinco o seis sesiones aproximadamente. Después de cada sesión de purgahuasca cada paciente debe llenar una encuesta con preguntas acerca de la sesión y sus efectos sobre sí mismo, que incluye lo físico y psicológico; también realizan un dibujo en el que describen la experiencia.

Así, las principales sensaciones que reportan los participantes de las sesiones de purgahuasca en Takiwasi, son reportadas a continuación.

A nivel físico
  • Sabor desagradable
  • Malestar estomacal
  • Diarrea
  • Sudoración
  • Hipersensibilidad a la luz
  • Dolor en la garganta
  • Sensación de pérdida de la memoria
  • Vómito
  • Purgahuasca2
  • Temblor
  • Adormecimiento del cuerpo
  • Sensación de ligereza
  • Mareación suave y ligera
  • Mareación rápida
  • Agitación
  • Dolor de cabeza
  • Distorsión de la percepción: visual o auditiva
  • Sensación de limpieza
A nivel psicológico
  • Liberación emocional
  • Contacto con emociones
  • Motivaciones para el futuro
  • Proyecciones hacia el futuro
  • Esperanza
  • Alegría
  • Confianza
  • Confianza en sí mismo
  • Inseguridad, miedo y locura
  • Toma de decisiones
purgahuasca3
A nivel del pensamiento
  • Conciencia del cuerpo
  • Felicidad
  • Pensamientos sobre estudios
  • Amor, compasión y seguridad
  • Pensamientos sobre futuro trabajo
  • Recuerdos familiares
  • Sobre el pasado, familia
  • Relaciones interpersonales y de pareja
Toma de conciencia
  • Sobre miedos interiores
  • Necesidad de cambio
  • Exploración interior
  • Sobre el sentido de la vida
  • Decisiones sobre el futuro
  • Sobre la sexualidad
  • Sentido de confianza y seguridad hacia el futuro
  • Conciencia de desconfianza hacia el mundo y sobre todo hacía sí mismo
  • Sobre la adicción
  • Problemas familiares
  • Relación con los padres

Todo este material producto de la sesión de purgahuasca, en Takiwasi es discutido e integrado a través de una dinámica de grupo, dirigido por un terapeuta quien desde un análisis psicológico de los contenidos de los pensamientos, tomas de conciencia, visiones o sueños llegará a una conclusión que compartirá con el paciente. El paciente cuenta su experiencia al resto de pacientes del grupo, quienes a su vez pueden hacer aportaciones originándose de esta manera un intercambio de sensaciones y opiniones que tienen como finalidad que la persona integre la experiencia de aprendizaje en su vida cotidiana, dentro de la comunidad y durante el tratamiento.

Los intercambios post toma de purgahuasca y otras plantas en Takiwasi, dirigidos por un terapeuta, son fundamentales en el tratamiento porque permiten de este modo llevar la experiencia desde el lugar simbólico a lo concreto, a lo comportamental, proceso de transición importante en la curación y evolución personal en los pacientes.

A continuación presentamos un testimonio referido al ritual de la purgahuasca en el contexto awajun:

En el pasado a los jóvenes se les daba de tomar purgahuasca para que adquirieran la visión para el futuro. Porque un joven que no adquiría la visión no podía realizar ninguna actividad como formar su hogar. La adquisición de la visión era como cuando uno obtiene un título de profesión. La toma de purgahuasca tradicionalmente se hacía en un tambo que quedaba lejos de la casa, y solo la preparaban los jóvenes que tenían que tomarla en dieta, tocando el manguaré (eso significaba llamar al espíritu de la planta). Así fue en lo tradicional. Actualmente no se practica así, se da de tomar a los jóvenes que se portan mal con sus padres y cuando incumplen sus responsabilidades. En este caso es el padre quien prepara la purgahuasca para su hijo, y luego se lo lleva al tambo para que la pueda tomar, pero no se practica el tocado del manguaré. A los jóvenes se les da de tomar a partir de los 6 o 7 años, ellos ya practican la toma de purgahuasca. También la toma de purgahuasca en la actualidad, uno la toma para reflexionar en ciertos momentos, para despertarse y no ser tan flojo, es como para tener energía, fuerza.


Artículo publicado en el libro “Medicinas Tradicionales, Interculturalidad y Salud Mental” Memorias del Congreso Internacional, Junio 2009, Tarapoto. Sección 2, pp. 125-130.

Ceremonia ritual de la purgahuasca

La purgahuasca es un preparado de ayahuasca poco concentrada que se toma como en una sesión de purga. Este preparado posee principalmente un gran efecto vomitivo, con secundarios efectos visionarios o de enseñanza.