Compartimos esta conmovedora dedicatoria a Takiwasi publicada por Miguel Palomino en ocasión del 30º aniversario de nuestra institución. Miguel es autor también de la fotografía que acompaña este hermoso texto.
"Takiwasi es un pan grande hecho al horno, es el sonido de la selva al caer la tarde, es Jacques y Jaime, es Rosa y Lupe. Takiwasi es el periódico del sábado los domingos, es el MP3 el fin de semana, los mangos en el suelo y las flores en la gruta. Takiwasi es el timbre de la casa y la Sra. Meche diciéndote que pases. Takiwasi es el olor a agua florida y tabaco, son los baldes recién lavados y Elbis cargando el mundo en la espalda, es la leña para los rituales y la noche el último día de dieta. Takiwasi es Danae, Edgardo, la Sra. Sylvia, Don Gary, Jesús y Gaby, es José y Josue, Uriel, Carlos, el Hermitaño, Segundo y Luis, Hermógenes y Bruno. Takiwasi es el olor a perfumes y el rio, es la ortiga y Jose Vela, la Sra. Aracelli, Veronika y Fabienne, Don Wilson y Homero, Fernando, Don Martín, David y Percy, es la carpintería para hablar de noche antes de iniciar la semana. Takiwasi son los compañeros y sus historias, la ropa blanca y el jabón Marsella. Takiwasi son las noches en medio de la cancha imaginando cómo será la vida, son los sueños y visiones, es el eclipse de luna que vimos y los dietadores que marcaban los tiempos como un reloj amable. Takiwasi es el Ajo Sacha y la Rosa Sisa. Y ahora, Takiwasi también es Cusco y sus calles, es el Valle Sagrado y mi familia. Takiwasi es la risa de mi hijo y el hombro de mi compañera, es el “Ábrete Corazón” como canción de cuna, los pañales de tela y las noches en vela. Es mis perros y mis gatos, es el jardín y el rio que pasa. Takiwasi son las montañas que me rodean, las comunidades que visito, las lagunas, los puentes y el regreso a casa. Takiwasi son mis amigos, mis clientes y las caseras del mercado. Takiwasi tiene esa capacidad para llenarlo todo con realidad y magia. Takiwasi es el lugar donde decidí volver a vivir y es la casa a la que vuelvo."